Brasil, martes 19 de noviembre de 2024 

“Hoy conversamos sobre cómo enfrentar desafíos tan importantes como el hambre, la pobreza y la crisis climática, y cómo la gobernanza de nuestras instituciones multilaterales contribuye a esos objetivos. Hemos ido construyendo esta agenda, no solo ahora con el G20, sino que desde hace un tiempo con Unesco, Naciones Unidas, con varios países, hemos ido por primera vez desde Chile, sumándonos a un debate que es sumamente complejo, pero muy necesario de abordar con seriedad y con perspectiva democrática en el marco de los Derechos Humanos.

Hemos hablado del cambio climático en este encuentro y todos los países han intervenido, han participado, porque efectivamente es uno de los problemas más severos que enfrenta la humanidad en la actualidad. Sus efectos adversos están desplazando a comunidades enteras, además de generar enormes pérdidas de vidas humanas, y demandando esfuerzos financieros y económicos desde el Estado que son muy significativos para mitigar sus consecuencias y para poder reconstruir comunidades completas.

Durante años, el mercado desregulado, el crecimiento sin límite, la explotación de nuestras riquezas naturales sin regulación alguna, han sido factores decisivos para la aceleración de estos impactos, y esto ha afectado irremediablemente a los más pobres, a los más vulnerables. 

Hoy requerimos una respuesta global coordinada, además de urgente, que no solamente piense en el futuro, sino también, en el presente de nuestros pueblos, para las generaciones actuales y para las que vienen.

Nuestra región no está exenta de los graves efectos de esta amenaza. Hemos vivido y padecido incendios devastadores -y los seguimos viviendo-, que han destruido familias, historias de vidas, ciudades y tesoros de la humanidad, como ha ocurrido con los de las Amazonas. Las lluvias torrenciales también nos están impactando, golpeando de manera indiscriminada a diversos países de la región, haciendo evidente las consecuencias que vivimos día a día. Sin embargo, ello no ha sido obstáculo, sorprendentemente, para quienes trabajan de manera coordinada por negar su existencia, minimizando sus efectos y dificultando la toma de decisiones de los Estados.

Así entonces el cambio climático no es el único desafío que debemos enfrentar como humanidad, pues nos encontramos amenazados también por el fenómeno de la desinformación, el que se propaga de manera acelerada y que se moviliza en todas direcciones, transformándose en un problema que afecta a nuestras democracias y que debemos abordar con sentido de urgencia, multilateralmente y de manera muy responsable.

En particular, la desinformación sobre la crisis climática, el cambio climático, genera efectos profundamente nocivos, no sólo porque obstaculiza el avance de políticas basadas en la evidencia, sino que también amplifica la incertidumbre, genera confusión y conduce a la inacción de la ciudadanía. Así, obstaculiza también, por tanto, sus capacidades de resiliencia. 

¿Cómo podemos prepararnos, movilizar recursos y actuar para enfrentar algo cuya existencia muchos intentan negar? A pesar de que Latinoamérica es un continente profundamente amenazado por los efectos del calentamiento global, los estudios sobre desinformación y cambio climático en la región son aún muy limitados, prácticamente inexistentes. 

Reducir esta brecha de investigación al respecto de los países más ricos, que en Latinoamérica aún sigue siendo poca o muy baja, es una necesidad para nuestras naciones, pues podríamos comprender mejor las dinámicas de este fenómeno en el sur global, y esto es precisamente lo que busca también esta iniciativa.

Para Chile es un honor formar parte de este esfuerzo colectivo que busca promover y defender la integridad de la información sobre la crisis climática mediante un financiamiento de investigaciones y acciones estratégicas, mediante la promoción diplomática, entre otros, además de impulsar esfuerzos para informar y reforzar la comunicación oficial sobre el cambio climático, información veraz, precisa, simple, que llegue a las comunidades: un nuevo desafío para la comunidad científica.

El Gobierno del Presidente Gabriel Boric ha trazado una agenda de trabajo para contribuir al desarrollo de la integridad informativa en Chile.

Un paso significativo que hemos dado como país fue la creación de la Comisión Asesora contra la Desinformación, que elaboró 72 recomendaciones, muchas de las cuales estamos actualmente implementando, con campañas que le entregan herramientas a la ciudadanía para identificar la desinformación; o el avance en la regulación de las plataformas digitales, por ejemplo, en contextos electorales, cuestión que no existía en nuestro país.

Estamos promoviendo la educación digital, educación medial a través de una campaña para estudiantes de educación superior, funcionarias y funcionarios públicos, también en las escuelas y a dirigentas y dirigentes sociales. No obstante, somos conscientes de que los esfuerzos aislados no son suficientes, porque esto es un fenómeno que no tiene fronteras.

La desinformación es un problema global, que se amplifica por las plataformas en las que se viralizan, porque ellas no tienen tampoco fronteras, son plataformas que tienen un carácter transnacional y que no se encuentran reguladas, al menos no en todos los países del mundo.

En este sentido, es indispensable avanzar hacia una gobernanza global de auto y co-regulación para enfrentar la desinformación. Desde Chile tenemos la convicción de que para combatir esta problemática, la de la desinformación, necesitamos un enfoque multilateral en el que logremos confluir para fortalecer la resiliencia social y garantizar que en otras comunidades tengan acceso a información confiable, libre de manipulaciones, veraz y fidedigna.

Para nosotros, esta iniciativa representa una respuesta correcta al llamado urgente de la comunidad internacional para proteger la integridad de la información como un derecho y un bien público esencial. Chile es un país que cree en el multilateralismo, y nuestro Presidente hoy ha dado demostraciones concretas de aquello.

Hemos aprendido, como nación expuesta a fenómenos naturales extremos, que la colaboración y la preparación son esenciales para enfrentar los desafíos más complejos que viven nuestras naciones y el mundo. Este mismo principio nos guía en esta cumbre, donde reafirmamos nuestro compromiso de trabajar con la comunidad internacional para proteger el espacio informativo, para fomentar la confianza en la ciencia y para promover acciones que enfrenten la desinformación sobre el cambio climático. 

Estamos convencidos de que tales desafíos como son la desinformación y la crisis climática sólo pueden resolverse con más democracia, mayor cooperación y un decidido compromiso. Desde Chile, seguiremos trabajando para que esta iniciativa sea un punto de inflexión en la construcción de un futuro más informado, inclusivo y sostenible. 

No me queda más que reiterar mi agradecimiento al gobierno de Brasil, representado el día de hoy a través de sus ministros, también a Unesco, a las Naciones Unidas, a la Embajada de Dinamarca acá presente, además de los países que han ido adhiriendo, como Portugal, Francia, Reino Unido, Marruecos. Esperamos que otros se sigan sumando.

Muchas gracias, esperamos que este camino, que no ha partido de acá, se refuerce, pues será una nueva etapa en esta consolidación del multilateralismo en torno a la agenda de inteligencia informativa para combatir un factor tan nocivo para nuestras democracias como lo es la desinformación.

Muchísimas gracias.”