La ministra Secretaria General de Gobierno, Paula Narváez, participó este jueves en la presentación de los resultados del estudio que busca evaluar la percepción de los medios de comunicación respecto al acceso a la información en instituciones públicas.

Como “muy buenos” calificó la ministra Paula Narváez los resultados del XIV Barómetro de Acceso a la Información, organizado y coordinado por la Fundación de la Prensa y la Asociación Nacional de la Prensa y ejecutado por la empresa Cadem.

La secretaria de Estado destacó que se da cuenta “de un acceso a la información cada vez más trasparente, cada vez más oportuno” y valoró que “ha habido un esfuerzo de parte de las instituciones públicas por ser también más accesibles y por tener este contacto más directo con los medios, que permita entregar a la ciudadanía, finalmente, información oportuna y veraz”.

En esa misma línea, Narváez hizo un reconocimiento a cómo la Agenda de Probidad y Transparencia, impulsada por la Presidenta Bachelet, ha ayudado en este propósito, señalando que ha sido “sin ninguna duda un instrumento eficaz para que todas las instituciones tengan que responder”.

De todos modos, la portavoz de La Moneda sostuvo que “siempre hay espacio para mejorar”, pues “hay algunas instituciones que llevan la delantera”, pero también existen otras que “tienen que hacer más esfuerzos por entregar información más oportuna y también por tener mayor capacidad de accesibilidad de parte de los medios de comunicación a la información que manejan”.

Con respecto a la prensa nacional, la vocera de Gobierno se mostró conforme con su profesionalismo y su seriedad. Agregó que “siempre nos gustaría que las líneas editoriales sean más variadas y diversas, sin embargo el prestigio que tiene la prensa chilena tiene que cuidarse permanentemente”.

Asimismo, hizo un llamado a realizar una mayor reflexión y a tener un mayor compromiso respecto al tratamiento de las mujeres en los medios de comunicación. Explicó que los medios “son un elemento fundamental”, ya sea para hacer “un cambio cultural real en materia de respeto de los derechos humanos de las mujeres” o para convertirse en “un instrumento para mantener el statu quo, perpetuar la violencia y perpetuar la discriminación”.